Neuropsicología y Neurodesarrollo
- janayaojeda
- hace 20 horas
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Introducción

En clínica del neurodesarrollo no basta con pasar tests. El trabajo riguroso exige integrar signos positivos observables, la historia evolutiva y familiar (incluida la heredabilidad), y el contexto de crianza y escolar. Así se desprende del diálogo entre Paula Iglesias y María Garau (neuropsicóloga infantil en UTAE – Hospital Sant Joan de Déu), donde se subrayan tres ideas clave:
los trastornos del neurodesarrollo (TND) tienen base biológica y carga poligénica con alta heredabilidad.
la expresión fenotípica está modulada por el ambiente (epigenética, estrés prenatal, estilos de crianza, experiencias de aprendizaje).
la intervención efectiva es siempre multinivel (niña/o, familia y escuela) y transdisciplinar.
Las trayectorias no pueden comprenderse sin el filtro del estrés y su fisiología. La exposición mantenida al estrés y al cortisol altera sistemas prefrontales implicados en atención y funciones ejecutivas, contribuyendo a bucles de activación ‑ ansiedad que empeoran el control cognitivo; este marco biológico explica por qué muchos pacientes con TDAH desarrollan respuestas ansiosas secundarias a sus dificultades nucleares.
En la práctica, lo clínico empieza pronto: embarazo y primera infancia. Tanto la heredabilidad como factores perinatales o ambientales (por ejemplo: estrés materno o tabaquismo) se asocian a mayor riesgo de problemas atencionales en la descendencia y a perfiles de neurodesarrollo más vulnerables; además, hay indicios epigenéticos (por ejemplo: metilación de NR3C1) que conectan ambiente y regulación del eje HPA. Estas relaciones no implican determinismo, pero justifican el cribado temprano y la psicoeducación familiar.
TDAH: conceptualización clínica y curso evolutivo
Clínica nuclear. El TDAH combina síntomas cognitivos (inatención, disfunción ejecutiva: planificación, organización, monitorización) y conductuales (impulsividad o hiperactividad). A la tríada clásica (inatención, impulsividad, hiperactividad) se suma el constructo de disfunción ejecutiva como eje explicativo clínicamente útil. En la transición a la edad adulta tiende a disminuir la hiperactividad motora y a persistir la inatención y la hiperactividad cognitiva.
Diagnóstico funcional. En edades tempranas la frontera entre variación típica y TND es difusa; la regla de oro es la interferencia en varias esferas (académica, familiar o social). Una valoración neuropsicológica describe el perfil (fortalezas y debilidades) para orientar intervención, incluso si se mantiene prudencia diagnóstica; la respuesta al tratamiento ayuda a refinar el juicio clínico. Este enfoque encaja con guías pediátricas que insisten en integrar observación, informes escolares y escalas validadas, junto con intervenciones psicoeducativas y escolares desde el inicio.
Intervención multicomponente (niño/a - familia – escuela). En la niña/o se puede utilizar entrenamiento funcional en organización o planificación y autorregulación, con metas específicas y apoyos externos. En la familia es importante la psicoeducación para sustituir atribuciones morales (esfuerzo, pereza) por comprensiones neuropsicológicas; entrenamiento en manejo conductual y reducción de estrés. En la escuela se introducen adaptaciones metodológicas (tiempo adicional, fraccionar tareas, ubicación que minimice distractores, flexibilidad ante olvidos, evaluación diversificada). Este triángulo es el estándar de calidad .
Movimiento y cognición. La práctica clínica subrayada en la entrevista (usar el movimiento para modular el nivel de activación y facilitar el control atencional) cuenta con respaldo empírico, ya que la actividad física mejora procesos atencionales / ejecutivos y creatividad, y puede potenciar la consolidación mnésica si se programa estratégicamente tras el aprendizaje.
Trastornos del aprendizaje de la lectoescritura: dislexia
Qué es (y qué no es). La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que afecta a la exactitud y fluidez lectora y a la ortografía; su déficit nuclear es fonológico (conciencia de fonemas y mapeo grafema – fonema). No implica menor inteligencia ni una forma de pensar más creativa por definición; los mitos (por ejemplo, confusión izquierda – derecha como criterio diagnóstico) no deben ser válidos para entenderla.
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Trayectoria de errores. En etapas iniciales predominan vacilaciones, omisiones / adiciones de fonemas y enlentecimiento; con la edad, puede mejorar la precisión, pero persiste menor velocidad lectora y disortografía (especialmente en ortografía arbitraria).
Por qué ocurre. La lectura eficiente emerge del acoplamiento fonológico y de circuitos temporo ‑parietales y occípito ‑ temporales; cuando falla la automatización del mapeo fonema - grafema y la conciencia fonológica, el aprendizaje no se consolida al ritmo esperado.
Cuándo intervenir y cómo. En la ventana sensible (infantil) se recomienda trabajar conciencia fonológica y correspondencia fonema - grafema, ya que es coste ‑ efectivo y modifica trayectorias evolutivas si se implementa temprano e intensivo. En ventana secundaria y adultos el foco estará en estrategias compensatorias y tecnología de apoyo (lectores de texto, dictado a voz, correctores), reduciendo la interferencia de la lectoescritura para acceder al currículo.
Trastornos del aprendizaje del cálculo: discalculia
Constructo principal: el sentido del número. La discalculia del desarrollo se define por dificultades en la adquisición del sentido numérico y la manipulación de cantidades y relaciones, más allá de la mera memoria de trabajo o la atención. Dos sistemas tempranos sustentan ese sentido:
a) subitización o reconocer pequeñas cantidades de un vistazo.
b) sistema de número aproximado, estimar magnitudes y compararlas.
Manifestación clínica. En discalculia se observa que no se descomponen cantidades de forma flexible (por ejemplo, ver 5 como un bloque en lugar de 2+3, 1+4…), lo que dificulta sumar o restar estratégicamente, el aprendizaje de hechos numéricos y el progreso hacia el álgebra. Las revisiones pediátricas describen cursos evolutivos y perfiles neurocognitivos coherentes con este patrón.
Diagnóstico diferencial. El rendimiento matemático depende de múltiples dominios (atención, funciones ejecutivas, comprensión verbal, visuoespacialidad). Por eso, el fallo en cálculo no implica siempre discalculia; el juicio clínico debe discernir si las dificultades son primariamente numéricas o secundarias a otros déficits. Las revisiones insisten en evitar la sobrediagnosticación y en diseñar intervención dirigida al déficit primario.
Ambiente, epigenética y psicoeducación
La entrevista acentúa el papel del contexto, como el estrés prenatal, cuidados tempranos y experiencias traumáticas pueden exacerbar la expresión sintomática. En humanos, el estrés o la depresión materna prenatal se ha vinculado a cambios epigenéticos (por ejemplo, la metilación del receptor glucocorticoide NR3C1) y a reactividad alterada del eje HPA en la descendencia; el tabaquismo prenatal se asocia a mayor probabilidad de síntomas de TDAH (si bien la causalidad está mediada por múltiples confusores). Este conjunto de hallazgos refuerza la psicoeducación y la prevención (salud perinatal, reducción de estrés, dejar de fumar).
Implicaciones prácticas en el equipo transdisciplinar:
Neuropsicología y Psicología Clínica: evaluación funcional, trabajo sobre autoconcepto y aceptación de la sintomatología, prevención de bucles ansiedad – función ejecutiva; coordinación con psiquiatría y pediatría cuando proceda.
Fisioterapia/TO/Logopedia/Neurología: incorporar modulación del arousal mediante actividad física pautada y tareas con carga propioceptiva/vestibular antes de demandas cognitivas intensas; monitorizar fatiga, ansiedad y sueño.
Escuela y familia: planes de apoyo individual (adaptaciones metodológicas, tecnología de apoyo en dislexia; andamiaje de estrategias en TDAH; instrucción numérica explícita y manipulativa en discalculia), con revisión periódica por objetivos funcionales.
Regla de consistencia: evaluar, intervenir y reevaluar. Si la clínica mejora rápidamente con ajuste contextual (por ejemplo: resolución de estrés familiar) y apoyos básicos, probablemente no estamos ante un TND, aunque cada circunstancia requiera de sus apoyos y respuestas específicas; si la interferencia persiste a pesar de una intervención bien pautada, conviene confirmar diagnóstico y escalar apoyos.
Referencias recomendadas:
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