Episodio sobre evolución de las teorías reflexógenas de Control Motor en YouTube
En el episodio 81 del podcast #NEUROconCIENCIA de la Fundación AISSE, el equipo de neurofisioterapia (Yolanda Colodro, Juan Anaya y Manuel Quintero) reflexiona sobre el uso del concepto Control Motor y las hipótesis reflexógenas, abarcando también comentarios sobre la evolución de las teorías de control motor, la práctica clínica (fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia, neuropsicología...) y referencias a enfoques clásicos como PNF (Facilitación Neuromuscular Propioceptiva), así como la importancia de la variabilidad y el contexto en la activación refleja.
Teoría Reflexógena: Orígenes y relevancia histórica
La denominada teoría de los reflejos o hipótesis reflexógena tuvo gran protagonismo a principios del siglo XX, en gran parte gracias a los trabajos de Sir Charles Scott Sherrington. Se fundamenta en la idea fundamental (resumiendoos mucho) de que el movimiento complejo surge de la suma o encadenamiento de arcos reflejos más simples. El esquema básico de un reflejo es:
Un estímulo periférico (sensorial) activa receptores específicos.
Se genera una respuesta refleja regulada desde médula espinal o de troncoencéfalo (en el caso de los reflejos complejos o dependientes de nervios craneales).
Esta respuesta, a su vez, puede servir como estímulo para otro reflejo subsiguiente, encadenando múltiples respuestas hasta dar lugar a una acción más global.
Uno de los aspectos más relevantes que se comenta en el podcast es cómo este planteamiento fue revolucionario para la época, al sentar la primera hipótesis de que al manipular la periferia (a través de estímulos sensoriales, por ejemplo, con distintas técnicas manuales basadas en aprendizaje no asociativo) se podía influir en la salida motora. Fue el germen, por tanto, de muchas técnicas de la llamada escuela de la neurofacilitación, que posteriormente se desarrollarían en fisioterapia (por ejemplo, la citada PNF, los métodos de Rood, Brunnstrom, Bobath, etc.).
Utilidad y limitaciones
Los reflexólogos aportaron un sistema de exploración clínica muy valioso, que sigue vigente: por ejenmplo, la evaluación de los reflejos (rotuliano, aquiliano, pupilar...) permite detectar alteraciones de la integridad neurológica. Es decir, si un reflejo no aparece, está abolido o está exaltado, orienta a lesiones en diversas estructuras del SNC o SNP. Una de las ventajas de la evaluación de los reflejos es que las alteraciones detectadas no generan. apenas, falsos positivos: como el reflejo es el ladrillo sobre el que se construye la naturaleza final del sistema nervioso motor, si detectamos una alteración en el reflejo sabremos que algo está ocurriendo (se ha alterado la respuesta más simple, la que necesita menos capacidad de integración, por lo que el resto de modalidades de reclutamiento muscular, más complejas, seguro que también estarán alteradas).
Sin embargo, tal y como señalan los participantes en el podcast, las limitaciones de la hipótesis reflexógena se hacen evidentes cuando consideramos:
La necesidad de respuestas rápidas y adaptadas (no siempre es viable encadenar muchos reflejos por el retardo temporal). Cada uno de los arcos reflejos implicados en la conducta tiene un tiempo mínimo para su ejecución dependiente, entre otras cosas, de la propia velocidad de conducción de dendritas y axones. Sin embargo, por ejemplo, en deporte de alto rendimiento, observamos respuestas motoras complejas que se ejecutan en, prácticamente, el tiempo que requiere un par de arcos reflejos.
La variabilidad inter e intraindividual, es decir, a pesar de la supuesta naturaleza genética de los reflejos que defienden desde la reflexógena, un mismo estímulo no siempre desencadena la misma respuesta, ni en el mismo individuo ni en individuos de la misma especie.
La modulación cortical y subcortical: no toda la conducta motora es meramente reactiva, existen mecanismos anticipatorios y cognitivos, sabemos que incluso la respuesta refleja está modulada por la predicción qu hace el sistema nervioso de las consecuencias de la ejecución.
La importancia del contexto: en el capítulo se pone un ejemplo simple: si nos pinchamos el pie y estamos en el borde de un precipicio, es muy posible que no retiremos el pie por reflejo, sino que el contexto inhibe esa respuesta (se evitará cualquier conducta que ponga en juego el equilibrio, por ejemplo, la disminución de la base de apoyo).
Por tanto, aunque la regulación del movimiento basada exclusivamente en acción refleja resulta insuficiente para explicar la flexibilidad motora del ser humano, se reconoce su valor clínico y su papel en el desarrollo temprano de las técnicas de tratamiento, al ser uno de los primeros abordajes que ponía al sistema nervioso como centro de la conducta.
De la hipótesis reflexógena a la neurofacilitación y la jerárquica.
A partir de la base reflexógena, surgieron las llamadas teorías jerárquicas (muy populares a mediados del siglo XX) que proponían que los centros superiores (corteza, núcleos subcorticales, etc.) controlan y liberan o inhiben los reflejos de niveles inferiores (médula, tronco). Así, se afirmaba que el movimiento maduro se lograba mediante un descenso del control desde regiones encefálicas superiores hacia segmentos inferiores, es decir, el movimento será más humano y normal cuanto más control ejerza el encéfalo (en especial la corteza) sobre los mecanismos medulares y troncoencefálicos. Por tanto, heredan de la hipótesis reflexógena la idea de que el papel principal del terapeuta es dosificar el correcto estímulo para que la respuesta motora sea lo más parecida posible a la normal.
Este enfoque motivó escuelas de tratamiento como los desarrollados por el matrimonio Bobath, Rood, Brunnstrom, Le Metayer o la propia PNF (Facilitación Neuromuscular Propioceptiva), muy mencionada en el podcast. El razonamiento básico era que, actuando sobre la sensibilidad periférica (elongación muscular, estimulación táctil, presión, tracción, etc.) y reorganizando la secuencia de activación músculo-articular, se podía facilitar o inhibir patrones de movimiento a partir de la aferencia sensitiva.
Reflexión crítica y actualidad
En la conversación del episodio se alude a cómo estos planteamientos, aunque aportaron un enfoque práctico (por ejemplo, en la PNF usando patrones diagonales, facilitación del tronco para mejorar el control distal, etc.), con el tiempo se han visto superados por teorías más actuales, que dan mayor peso a:
La multicausalidad y la organización por sistemas dinámicos: el efecto del tratamiento por vía refleja no tiene por qué transferirse ni generalizarse a procesos más complejos.
Los mecanismos de control anticipatorio (feedforward): el sietama nervioso no solo es reactivo, sino principalmente proactivo, ya que la anticipación en base a la experiencia permite respuestas más adaptadas y rápidas.
La integración de la cognición, la emoción y la motivación en la ejecución motora: existen, por ejemplo, problemas cognitivos que impactan más en el desarrollo del movimiento que al alteración de los reflejos medulares.
La variabilidad como factor imprescindible para el aprendizaje y la adaptación motora: establecer asociaciones rígidas entre estímulos correctos y respuestas normales o el trabajo a partir de patrones estereotipados de movimiento normal, no supone, en muchas ocasiones, un aprendizaje significativo sobre los rendimientos en tareas cotidianas.
No obstante, se subraya que las técnicas inspiradas en la facilitación neuromuscular y los abordajes basados en la modulación refleja siguen teniendo su lugar en la práctica clínica, sobre todo en fases tempranas del daño neurológico o cuando se busca reactivar y propiciar la contracción de grupos musculares que no responden voluntariamente, siempre como técnica adyuvante o preparatoria.
Uso clínico en la evaluación y tratamiento
Uno de los aspectos más prácticos que se enfatizan en el capítulo del podcast hace referencia a la exploración neurológica. Se menciona cómo:
Valorar los reflejos profundos (rotuliano, aquíleo...) y superficiales (reflejo plantar, abdominal...) sigue siendo una estrategia fundamental para detectar signos de lesión.
En pediatría, revisar la presencia o ausencia de reflejos primitivos (por ejemplo, el reflejo de Moro) ayuda a identificar si el niño sigue un desarrollo típico o hay alguna alteración neurológica. Cuanto más joven es una persona, menor maduración de su sistema nervioso central, por lo que su conducta puede explicarse de modo más reflejo. Sin embargo, como comentamos en esta entrada, los abordajes basados en reflejos tienen muchas limitaciones en pediatría que hay que tener en cuenta.
La observación de la simetría u otros signos de normalidad en la activación refleja puede dar pistas sobre el lugar y la gravedad de la lesión.
Además, en el podcast se debate cómo ciertas maniobras reflexógenas (aplicación de estiramientos rápidos, golpecitos, estimulación vibratoria...) pueden facilitar de manera inicial la respuesta muscular en pacientes con lesiones periféricas o con afectación de la motoneurona inferior. Estos estímulos pueden servir para despertar la contracción y fomentar la reconexión con el circuito central.
No obstante, el podcast incide en que trabajar únicamente mediante repetición de estímulos y respuestas automáticas no conlleva el aprendizaje motor funcional ni promueve la participación cognitiva del paciente. Para lograr avances en actividades de la vida diaria, es necesario combinar estas estrategias iniciales con:
Entrenamiento en tareas significativas y orientadas a la función, que tengan un impacto real, convcreto y medible sobre la ejecución en tareas importantes para la persona. Es decir, priorizar el qué se hace antes que el cómo se hace.
Variabilidad de la práctica, que fomenta la adaptación a entornos cambiantes y el aprendizaje a través del error (las hipótesis reflexógenas y la neurofacilitación entienden el error como algo a evitar, ya que es una desviación de la norma).
Feedback y feedforward, que implican el desarrollo de funciones cognitivas como la atención, teniendo en cuenta la motivación de la persona (es imposible que el adulto aprenda de forma consistente si no hay una repercusión emocional sobre el aprendizaje).
Priorizar la auto-organización y la auto-gestión del movmiento: el exceso de facilitación o asistencia por parte del terapeuta hace que los rendimientos durante las sesiones de terapia sean muy buenos, pero a menudo cuando se retira esta facilitación el rendimiento en la tarea cae estrepitosamente: hay que enfatizar que la persona se auto-organice para evitar este efecto.
Importancia de la Variabilidad y el Contexto
En varios momentos de la conversación se remarca que el sistema nervioso busca la novedad, explora y se adapta según la relevancia que le otorga al estímulo. La repetición estereotipada de un reflejo pierde rápidamente interés para el cerebro cuando no es funcional o no presenta retos cambiantes.
Este escenario integrador es el que defiende la neurorehabilitación moderna: si el profesional sabe utilizar la facilitación refleja como puerta de entrada, pero al mismo tiempo integra tareas relevantes, variabilidad y objetivos funcionales, se potencia un reaprendizaje motor más completo y, sobre todo, útil.
Conclusiones
La hipótesis reflexógena representó el primer gran paso en la historia de la neurorrehabilitación al plantear que, modificando la información sensorial periférica, podía influirse en la salida motora. Dio lugar a métodos de evaluación y tratamientos basados en la facilitación o inhibición de patrones motores, configurando el cimiento de muchas aproximaciones terapéuticas vigentes.
Aun así, los hallazgos posteriores y la evolución de la neurociencia han demostrado que el control motor se sostiene en múltiples niveles (cortical, subcortical, espinal), integra aspectos cognitivos y emocionales y depende en gran medida del contexto y la variabilidad de la práctica. La teoría de los reflejos, por tanto, explica solo una pequeña pieza del complejo engranaje del movimiento humano.
En la práctica clínica actual:
Se siguen evaluando los reflejos para comprender la integridad de estructuras neurológicas, por ejemplo, la exploración de pares craneales se basa en evaluación de los reflejos.
Se pueden utilizar maniobras reflejas con fines de facilitación, especialmente al comienzo del tratamiento o en casos de lesiones periféricas severas.
La neurociencia clínica moderna requiere ir más allá de la simple repetición de estímulos y respuestas, incorporando aprendizaje activo y funcionalidad.
Referencias:
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