En la fundación aisse, de forma muy simplificada, definimos el reclutamiento como la capacidad que tiene la motoneurona de producir la contracción de la unidad motora (las fibras musculares que dependen de ella). Por tanto, para que se produzca el reclutamiento, necesitamos la integridad de la llamada vía final motora:
La segunda motoneurona (espinal o nuclear) y su axón (que está incluido en los nervios o tractos).
La placa motora.
La fibra muscular.
Por tanto, el reclutamiento supone actividad eléctrica (que lleva el impulso desde la motoneurona al efector, el músculo) pero también mecánica (hay que vencer, igualar o controlar una resistencia mediante la contracción de las fibras musculares).
Hay que diferenciar los conceptos de reclutamiento y fuerza muscular, ya que la fuerza enfatiza la relación del músculo con la resistencia, es decir, el efecto que tiene la contracción muscular a la hora de, por ejemplo, provocar el desplazamiento de un peso, de un segmento corporal o frenar una aceleración. Por tanto, la fuerza muscular siempre implica una comparación o va referida a la resistencia que se le opone (por ejemplo, el Grado 3 de la clásica escala de Daniels supone poder vencer a la gravedad). Por tanto, el reclutamiento muscular es necesario pero no suficiente para provocar la fuerza deseada en una tarea funcional:
Si no hay reclutamiento, en una parálisis (por ejemplo, los músculos palmares flexores de muñeca tras sección del nervio Mediano), no podremos hablar de fuerza, evidentemente, ya que no se cumple el pre-requisito de la contracción de la unidad motora bajo demanda de la motoneurona.
Sin embargo, es posible que no haya ninguna alteración del reclutamiento (la motoneurona, el nervio y las fibras musculares se comunican perfectamente) y, sin embargo, la fuerza muscular que se pueda desarrollar esté muy alterada y no sea funcional. Por ejemplo, tras un periodo de reposo y cama prolongado la musculatura extensora de miembros inferiores puede ser incompetente para la bipedestación mantenida, en un primer momento.
Por tanto, el concepto de fuerza está influenciado por muchos más factores que el simple reclutamiento (por ejemplo, trofismo de la fibra muscular, entrenamiento de los distintos tipos de fibras, longitud del propio músculo, disposición de sus inserciones, etc).
Las alteraciones del reclutamiento muscular son, desde el punto de vista clínico:
Parálisis:
En caso de que afecte a la mayoría de las unidades motoras que conforman un músculo, prácticamente eliminando la expresión de su función.
Paresia:
La afectación de las unidades motoras del músculo permite la expresión de la contracción muscular, aunque no sea compatible con el desarrollo de la función o la deteriore.
Desde el punto de vista electromiográfico, existen signos que permiten conocer, de forma mucho más objetiva, el estado del reclutamiento.
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Para mí como neurofisioterapeuta me parece súper importante saber diferenciar bien entre parálisis y paresia ya que me he encontrado en muchos informes que el paciente presenta una hemiplejia y sin embargo luego aparece en la clínica caminando y pudiendo flexionar el codo y el hombro.